Bendita tarjeta pirateada

Una tarde de domingo se desarrolla de manera sorprendente para nuestro protagonista.

Un domingo cualquiera. 16'30h. Me disponía a ver un partido del Barça en Taquilla. Mi cervecita, mis pipas, mi paquete de Marlboro y mi piedrecita de costo. Estaba solo en casa, pues mis padres estarían fuera todo el día y hasta la madrugada no vendrían. Tengo 20 años, me considero del montón de chicos. Moreno, ojos marrones, 1'79, 79 kilos y deportista. 16'50. Llaman a la puerta "Quien será ahora? Seguro que el vecino para contarme su recital de chistes, que pesado!!!!" pero no fue así. Para mi sorp...