Amor platonico II
Mis bombeos eran tan fuertes que de vez en cuando hacía que se dará con la cabeza en la pared.
Después de sus palabras me quede un par de segundos pensando en lo que acababa de suceder. Alguna vez habíamos bromeado, incluso estuvimos a punto de darnos un beso pero jamás había pasado estando los dos borrachos y esta vez el alcohol hizo de las suyas. Saque el cigarro que me estaba fumando de mi boca y sin soltarlo se lo arrime a los labios para que pegara una calada. En el trayecto note sus labios carnosos y rojos, humedecidos por la bebida que estábamos tomando. Tomándose su tiempo pego la calada e hi...