Nude. Parte 2
La playa sigue teniendo sus peligros. Y no entiende de sangre.
Cuando llegamos a donde estaban mi mujer, los niños, Elisa y Jesús, un nuevo invitado irrumpió en escena.
Mario.
Mario y su imponente físico y sonrisa. Era ya prácticamente de noche, pero la luz de las pequeñas lámparas portátiles dejaba vislumbrar la silueta de los cuerpos.
—¿Pero dónde coño habéis estado? —Dijo Jesús.
—Pues follando, ¿qué íbamos a hacer allí? —dijo Lourdes
—Más bien, mirando follar como adolescentes salidorros —agregó Marcos.
Lo habíamos hablado, lo que...