¡La encerrona, por guarra!
Así empezó todo, con aquella riquísima encerrona donde quedar para follar se puede convertir en el principio de una carrera. Relato basado en un hecho real y contado por un amigo.
La notificación me había llegado al móvil hacía un rato. Era Edu. Estaba en el trabajo y no llevaba el móvil encima, pero en el descanso lo pude ver.
-¿Quieres polla de nuevo? –Me ponía en el mensaje, y a continuación una foto de un buen rabo con semen chorreando desde la punta hasta la base-.
El chico que me escribía a través de la app me había follado hacía sólo tres días. Habíamos estado hablando y me había convencido para que fuera a su casa. Allí nos vimos, y nos gustamos al rato de estar...