Amante y luego tu (Fin)
Lo imposible solo existe para las mentes pequeñas
Me quedé así, de espaldas a ella, tragándome cierta saliva que amenazaba con murmurar un llanto que no quería ser escuchado, mi llanto, ese que se calla cuando no quieres hablar de él mismo… sus manos frotaron mis brazos y sus susurros soliviaron mis miedos.
-¿quieres que hablemos? – me preguntó, muchos minutos después de darse cuenta de que no podía decir ninguna palabra al respecto, negué con mi mirada y sentí como respiró, profundamente, pensando que hacer – Si fuera fácil dejarlo hasta aquí, ya m...