Sabía que te gustaría
Relato de dominación femenina.
Sonriéndome, abre la puerta y me invita a pasar. Cuando cruzo la entrada, se aparta ligeramente y noto como sus manos, vestidas con guantes negros, me acarician por detrás y se detienen en mis nalgas. En el pasillo, me empuja de cara a la pared y sigue acariciándome mientras me susurra al oído.
-Has hecho muy bien viniendo conmigo, cariño. Lo vamos a pasar muy bien juntos.
En el salón, ella se sienta en un sofá y me pide que le sirva una copa. Mientras sigo sus instrucciones, ella me observ...