Secuestrada y Violada Por El Ano

Me abriste las piernas y me amarraste los pies a las patas de la mesa. Me bajaste los calzones, me abriste las nalgas y supiste que ese era el primer agujero que querías violarme.

Me desperté en un lugar extraño. Desorientada. Un cuarto oscuro y sin ventanas. Yo atada a una silla y con la boca encintada. Sentí un miedo helado. Lo recordé por partes pero de inmediato. Me jalaste del cabello, a una cuadra saliendo de la secundaria. Me sujetaste por el estómago, me cubriste la boca y me hiciste subir a una camioneta. Yo no te la hice fácil. Patee y forcejee y, por eso, decidiste golpearme en la cabeza. Yo no supe más, pero tú sí sabes que sentiste tranquilidad cuando quedé dormida. Me m...

Violada en la Bodega.

Claro que una no suele detenerse a reflexionar sobre estas cosas, por que es difícil imaginarlo y vivirlo en la cabeza, pensar que puede suceder. Todo era demasiado para entenderlo. Jamás hubiera imaginado que alguien podía hacerle todas esas cosas a mi cuerpo.

Me despertaron sus gritos, sus llantos. Los de ella. Eran desgarradores y así, desgarrándome, me arrebataron de un trance. Yo estaba dormida, o más bien despertando y entonces esos llantos terribles, lo primero que pude escuchar, súplicas que se me clavaban como cuchillos en el pecho.

Todo ocurrió en un segundo, o dos. Yo tumbada sobre el piso

Lo primero que advertí fue el oscuro techo de una bodega. Había luz entrando por algunos tragaluces. Lo siguiente fueron unas manos que me sujetaban por l...