Desvelando mi secreto

Como una prostituta callejera me conduce a mi verdadera realidad

Había bebido un poco, no demasiado. Pero lo suficiente para deshinbirme e ir a buscar una profesional del sexo en las calles que, aun no conociendo mucho la ciudad sabía que se colocaban allí, por otras visitas realizadas. Di un par de vueltas por la zona portuaria y vi una rubia, algo entrada en años pero todavía de buen ver. La subí al coche, no recuerdo ni su nombre ni su origen, era sudamericana, eso si. Empezamos el magreo en la parte de atrás del coche, rapidamente desnudándonos. Estaba buena, buen cu...