Una noche larga, una noche dura. II
Mientras le chupaba la verga a mi Dueño le tenía que hacer una paja a sus dos amigos.
Entonces yo estaba arrodillada chupando la verga de mi Dueño; Pablo y Luis sacaron sus pijas y yo agarré cada una con mis manitos.
-¿Podemos acabar donde sea?
-Sí, no hay drama. Después ella limpia.
-Ah. Perfecto.
-Si te la está haciendo mal o algo no dudes en decirle.
-No pasa nada. Tiene la mano suave. Es preciosa.
Ese comentario de Luis me gustó. Como yo no podía usar mis manos en la verga de mi Dueño, Él aprovechaba para meterla muy adentro de mi boquita y me daba arc...