Misterioso Invitado

- Oh - exclamé al sentir unas manos delicadas posándose en mi pechos. No se hicieron esperar los besos en mi cuello, que recorrían toda su longitud hasta mis hombros. - No te detengas - susurré casi en tono de súplica.

Desperté como todas las mañanas. Debo confesar que cada vez me cuesta más levantarme, sobretodo si salgo la noche anterior.

Laura seguía enredada en las sábanas, así que entré al baño primero. Me desnudé, e hice todo el ritual frente al espejo (mirarme los ojos, sacar la lengua, los dientes, mostrar la panza, lo de siempre). Hice correr el grifo y esperé en el water hasta que comenzara a salir vapor, me gusta que el agua corra caliente sobre mi cuerpo. Entré a la tina y sentí el agua sobre mi. U...

Lujuria

Pasa su mano en mi torso pellizcando maliciosamente mi carne ardiente. Tirándome para atrás, abre sus piernas y deja que mi firme y lubricado guerrero entre en su ardiente cavidad.

Fue como un rayo cruzando el cielo cuando la vi. Llevaba un atavío diáfano y coqueto, que no pude evitar desnudar con mis ojos. Su silueta era esbelta y sinuosa. Y tenía un aroma muy sensual impregnado a su cuerpo. Luego de las presentaciones, deslice mi mirada perturbada por su rostro y signé el tácito pacto con el destino. Llegamos a la habitación y contemplé anhelante como quitaba sus prendas, igual que los árboles impúdicos dejan caer sus hojas. Obnubilado por su carne rozagante me acerco a ella y...

El empalador

- ¿Puedo mirarla más de cerca? – me senté junto a él en el sillón, mientras él seguía en lo suyo. – Aún no me lo puedo creer, es como el doble de la mía. - Sácala y comparamos… mira, ya la tienes levantada – me dijo, y era la pura verdad. Desde que vi su pene sentí una gran excitación. - Es como te dije, 18 cm. Pero la tuya es aún más grande, es como dos palmas mías, y aún queda la cabeza afuera. - ¿La quiere tocar? -

  • ¿Hola primo que haces?

  • Veo una peli, ¿y tú?

  • Nada, vengo del gimnasio y… ¡wow! Menuda tranca tienes ahí.

  • Si, eso me han dicho.

Mi primo se la estaba meneando frente a la tv, y era impresionante el tamaño de su miembro.

Mi nombre es Oscar, tengo 22 años. Estudio ortodoncia en la ciudad de Concepción, en Chile. Soy lo que dirían un joven normal; bien parecido, y nunca me falta la compañía femenina. A pesar que desde algunos años he sentido la inclinación a tener encuen...