El Rapto de Dalilah (EPÍLOGO)
La vida de Dalilah y de Jesús ha dado un cambio vertiginoso, después de que ella pasara un fin de semana con un narco. Ahora, de forma breve, toca a ella decir su verdad.
EPÍLOGO
DALILAH
Mis piernas yacen extendidas sobre su peludo pecho, juntas, de forma vertical, y mis gruesas y abultadas nalgas están pegadas a sus muslos. Su gorda verga, firme, dura, aplastada entre mis dos piernas que lo masturban; y reposa y se agita sobre mi rajita hinchada, impregnándola de mis fluidos, que escapan ardientes a voluntad a través mis labios mayores, que ya deben estar enrojecidos y brotados como una flor en primavera después de un largo vaivén de acometidas.
—¡Hummm!...