Fiesta perra
Una noche que prometía ser aburrida, se convirtió en un cuarteto inesperado.
Graciela y yo somos una pareja normal, con hijos que desde hace unos años lleva una vida muy rutinaria. Nuestros encuentros sexuales son muy esporádicos y casi siempre terminan en mi masturbación, ya que ella, siempre tiene un motivo para cortar el coito.
Siempre le digo que algún día le voy a romper el bloqueo, para que de una vez por todas se transforme en una puta calentona, ardiente, salvaje y pervertida, como a mi me gusta.
Una noche nos encontrábamos viendo una película, un tanto por...