Beatriz. Una casa en la playa.

La niña que guardaba en mis recuerdos se entrega al sexo más animal y salvaje.

Beatriz tenía dieciocho años cuando todo pasó. Algo que jamás pensé que podría pasarme. No soy un hombre atractivo, ni lo fui especialmente durante mi juventud. En aquel entonces tenía yo veinticuatro años y había ido a pasar unos días a casa de mi madrina, una mujer que había superado la cincuentena y que no había podido tener hijos. Se había retirado a su casa de la playa a pasar allí los meses de calor, y no era extraño que me invitase a pasar unos días con ella durante el verano.

Lo que sí fue sor...

Verónica

Se cumple mi fantasía más oculta: gozar a una compañera del instituto a la que hacía años que tenía ganas.

Ella no era una belleza, pero tenía algo que cautivaba. Todos los chicos de aquella clase en el instituto la deseábamos. Sólo unos pocos elegidos la conseguimos, y me gustaría compartir con los lectores cómo fue.

De estatura pequeña y cuerpo proporcionado, Verónica tenía dos ojos grises, brillantes, que podrías estar mirando durante horas. Su pelo era castaño con betas rubias y su piel tersa. Sus labios finos pedían ser mordidos suavemente en pequeños besos. Sus discretos pechos y su hermoso tras...

El intercambio

En un intercambio de estudiantes se desarrolla una historia de sexo entre dos adolescentes.

Después de casi 14 horas de autobús, por fin he llegado al albergue juvenil. Tengo dieciocho años y me dispongo a pasar el mes de agosto en un intercambio para aprender idiomas. Me encuentro en el albergue juvenil de la localidad francesa de Amboise. Mis padres han pagado lo suyo para que yo ahora pueda disfrutar de esta oportunidad, además de pasar todo el mes en el albergue en una habitación individual con baño.

Tras solucionar los primeros problemas con la recepción, me instalo en mi cuarto y...

Claudia

Una alumna de un conservatorio tiene su primera experiencia anal.

No quedaba nadie en las cabinas de estudio del conservatorio. Por los pasillos sólo se oía el sonido de su violonchelo melancólico y triste, resonando en las paredes muertas del edificio. Mientras la gente disfrutaba de la tarde del viernes divirtiéndose en la calle, ella aprovechaba la soledad del lugar para encerrarse a estudiar.

Claudia estudiaba en un colegio privado, al que asistía entre las ocho de la mañana y las dos y media de la tarde. Después de comer, apenas sin tiempo para descansar,...