Beatriz. Una casa en la playa.
La niña que guardaba en mis recuerdos se entrega al sexo más animal y salvaje.
Beatriz tenía dieciocho años cuando todo pasó. Algo que jamás pensé que podría pasarme. No soy un hombre atractivo, ni lo fui especialmente durante mi juventud. En aquel entonces tenía yo veinticuatro años y había ido a pasar unos días a casa de mi madrina, una mujer que había superado la cincuentena y que no había podido tener hijos. Se había retirado a su casa de la playa a pasar allí los meses de calor, y no era extraño que me invitase a pasar unos días con ella durante el verano.
Lo que sí fue sor...