Madre e hija: de tal palo, tal astilla.
En una cena navideña, Clarisa reconoce que quiere acostarse con su madre y someterse a ella.
Se acercan las festividades navideñas y la familia viene a cenar a casa de Clarisa y Elena. Elena es una divirciada de 40 años, pelo castaño y largo, delgada pero con un culo y unas tetas notables. Su hija, Clarisa, tiene 20 años, el pelo rubio y tiene un cuerpo regordito, pero sus tetas son escandalosamente grandes, y eso es algo que sabe y le gusta. La verdad es que Clarisa, a su corta edad, ha tenido una vida sexual muy completa: bisexualidad, bdsm, le encanta la humillación, el dolor, sexo en público......