Mi novia y yo hacemos una visita al Sex Shop II

Continuación de nuestra visita al Sex Shop, con espectáculo de peep-show. En este caso, ocurren más cosas y no nos dedicamos a mirar, sin más...

—Mmmmm… ―gimió Sara―. Eso le gustaría mucho al cerdo de mi novio, aquí presente. Si vieras lo que me estaba haciendo antes de que nos hayas pillado por sorpresa.

―Y a mí me gustaría que vierais más de cerca lo mojado que tengo el coño. Aunque ya os estáis haciendo una idea… ¿Qué os parece si, por 20 euros, bajo este cristal y nos conocemos un poco más? Tengo unas ganas tremendas de continuar mi paja mientras me miráis y os sobáis un poco.

―Uffff ―dije yo―. Si hace falta atraco un banco para esta...

Mi novia y yo hacemos una visita al Sex Shop I

Esta es una precuela del relato "Mi novia y yo jugamos con su nueva compañera de trabajo". De cómo una visita a un Sex Shop, con espectáculo de peep-show puede dar mucho de sí. Un Pequeño homenaje a esas cabinas que ahora ya están en desuso y servían a muchas parejitas para iniciarse en el morbo.

Me llamo Mario, tengo 31 años. Mido 1,85 y soy moreno, con los ojos marrones. Como digo siempre, no es que sea Christian Grey, pero me saco partido con las horas que hago de running, crossfit y pilates. Ya hace algún tiempo que conocí a un auténtico bombón llamado Sara. Ella es la típica pelirroja, blanca de piel y llena de pecas. Tiene 28 años y mide 1,65, sin ser demasiado atlética ni entrada en kilos. Lo que viene llamándose normal... Sara tiene los ojos verdes, preciosos. Unos pechos muy bien puestos qu...

Mi novia y yo jugamos con su nueva compañera (III)

Mejor leer las partes anteriores para disfrutar de la historia al completo. Continúa la historia en la que mi novia y yo iniciamos a una nueva compañera de trabajo suya en los placeres de los encuentros a tres.

Después de haber recibido una comida de coño bestial por parte de Sara y mía, Cecilia nos dijo que estaba expectante porque nunca había probado el sexo de una mujer.

―Pues te estás perdiendo una de las cosas más morbosas que existen ―dije yo.

―¡Lo puedo imaginar! Pero es que…

―A ver… ―dijo Sara―. ¿Tú no has disfrutado de mi lengua?

―Querrás decir de las dos lenguas ―maticé yo.

―Sí, claro que he disfrutado… ¡Como una loca! Pero hacértelo a ti, Sara me impone mucho respeto.

...

Mi novia y yo jugamos con su nueva compañera (II)

Continúa la historia en la que mi novia y yo iniciamos a una nueva compañera de trabajo suya en los placeres de los encuentros a tres.

―¿Qué se te ocurre que haga para ganárselo? ―pregunté.

―Lo que sea ―imploró Cecilia―, pero déjame tocar este pollón ¡¡Por favoooooor!! ―pidió a Sara mientras esta sujetaba su mano a escasos centímetros de mi herramienta.

―Si quieres tocar la polla de Mario tendrás que enseñarnos tus tetitas y sobártelas un rato para que veamos lo guarra que eras con diecisiete años.

―Joder si lo era ―dijo Cecilia. Entonces, se bajó los tirantes de su vestido lentamente y comprobamos que debajo no llevaba s...

Mi novia y yo jugamos con su nueva compañera (I)

Mi novia trae a cenar a su nueva compañera de trabajo y acabamos en un juego muy picante para que ella descubra lo cachonda que puede ponerse con nosotros.

Un viernes de verano, mi novia Sara trajo a casa una nueva compañera de trabajo que se llamaba Cecilia. Era una chica de metro setenta con un corte de pelo bob minimalista rubio, por encima de los hombros. Grandes ojos grises, pinta de simpática, rostro precioso y cuerpo estilizado. Destacaban sus bonitas piernas, culo prieto y poco pecho. Al menos es lo que se intuía del vestidito amarillo que llevaba.

―Mira cariño, me han encargado que esté al cargo de esta nueva compañera que viene de Barcelona ―di...