Quien busca donde no debe...
Encuentra lo que no quiere... El resultado de una tarde a solas con mi tío. La verdad es que me ha costado escribir el relato, no por el hecho de escribirlo, sino por el hecho de contarlo.
Siempre había tenido una relación violenta con mi tío, al menos por mi parte. Desde que era una niña solía meterme mano, un típico juego sin importancia. A fuerza de costumbre yo no me quejaba nunca, aunque no podía evitar en cierto modo sentirme incomoda cuando sin venir a cuento me tocaba un pecho. Por suerte se imponía la distancia y no solíamos vernos demasiado. Cuando empecé a desarrollarme usaba la excusa de comprobar si lo que abultaba eran mis senos o por el contrario el relleno de mi sostén.
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