Un amante de pelo canoso
Yo era virgen, pero en aquel momento, con su mano entre mis piernas llevándome al mismísimo cielo decidí que él sería el hombre que me follara por primera vez.
A mis 23 años, con unas notas excelentes,
había terminado mi carrera de Derecho, y logrado conseguir un empleo en un bufete de abogados muy bien considerado. No estaba bien remunerado, pero yo me sentía orgullosa de tener la oportunidad de aprender de los mejores.
Mi puesto era el de ayudante, me encargaba de hacer fotocopias, traer cafés, traer y llevar paquetes, archivar, pasar informes… pero también me daba la posibilidad de asistir a juicios y reuniones en donde intentaba aprender todo lo q...