Mi amada y su amiga
De como Sony yo y su mejor amiga fuimos felices, una de tantas veces
Por fin después de tanto tiempo Gustavo había logrado tener un negocio el cual sabíamos que sería rentable, un café con piernas. Las cosas no habían sido fáciles para poder tener este negocio pero ya estaba funcionando y todo marchaba relativamente bien.
El negocio lo administraba yo, y lo hacía sobradamente bien, las ventas eran buenas, las chicas escogidas eran trabajadoras y súper profesionales así que no había mucho de que quejarse.
Ellas eran tres Carolina de 23 años, era una mulata de...