Del trabajo a casa.
Mi compañero de trabajo necesita que le acerque a casa.
Salíamos del trabajo a las siete de la tarde como todos los días. Las farolas apenas alumbraban tenuemente las calles por las que Dani y yo nos dirigíamos a mi coche. Dani había tenido que dejar el suyo en el taller y su casa quedaba a unos cuántos kilómetros de distancia, por lo que me presté a llevarlo y traerlo los días que fuera necesario.
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Uffff qué frío, macho.
−Dijo Dani montando en el coche mientras se quitaba la bufanda del cuello, dejando ver el cuello de la camisa, por el que aso...