Desde donde todo se ve
Una tarde de sábado más, Julio llamó a Nacho y le dijo que había conocido un sitio. Le aseguró que en ese sitio iban a tener todo el tiempo que quisieran, y que era imposible que nadie más los viera allí.
Una tarde de sábado más, Julio llamó a Nacho y le dijo que había conocido un sitio. Le aseguró que en ese sitio iban a tener todo el tiempo que quisieran, y que era imposible que nadie más los viera allí.
Julio y nacho no son una pareja ordinaria. Les gusta quedar, y cada vez más a menudo, pero no hay miradas tiernas ni paseos agarrados de la mano. Cuando se ven, simplemente olvidan sus vidas basadas en ocultarse y mentir. No pueden quedar en sus casas porque siempre hay alguien, o podrían apare...