El camarero y yo
Hay que ver como está el servicio!
El camarero y yo
Habíamos quedado en la Plaza del Ayuntamiento, y allí estaba esperando mi llegada. Se quedo sorprendido por el atrevimiento de mi vestimenta al verme descender del coche, teniendo en cuenta el lugar al que nos dirigíamos. Con toda la intención, mi ropa consistía en una minifalda negra, sin medias, y una chaqueta a juego, cerrada con un solo botón, y sin nada bajo ella.
Sin quitarme los ojos del escote, me saludó con dos besos muy cerca de la boca y entramos en la cafeter...