Justo antes de partir a Francia.
Dos semanas después de su primer encuentro con su padre, continua viviendo la pasión del incesto.
El tiempo había estado transcurriendo tan deprisa, mañana tomaríamos el avión directo a Paris, Francia; luego subiríamos otro avión hasta Estrasburgo. Ya se habían cumplido dos semanas desde la primera vez que estuvimos juntos. Joaquín, mi hermano, había llamado contarnos lo fabuloso que la estaba pasando con su novia por lo que su estancia en la casa de playa se prolongaría unos días más.
No habíamos vuelto a tener relaciones pero en cada oportunidad que teníamos nos devoramos a besos. Éramos como...