Cisko

Cisko...

¡Agararrate nena, vamos a cabalgar!, gritó Roberto, apenas un segundo antes de comenzar una loca carrera montados en Cisko, un hermoso alazánn de enorme alzada codiciado por varios estancieros de la zona por su asombrosa capacidad reproductiva.

Carolina no dudó y se abrazó fuerte, alguna vez había cabalgado en su niñez en la estancia de un pariente lejano, pero era un recuerdo apenas. Roberto le había ofrecido ir en dos caballos pero Carolina, no solo no creía estar capacitada para montar sola, sino q...