Llenándome de placer

Nunca pude sospechar que la pasión por mi perro llegaría tan lejos, en este relato cuento como descubrí de la forma más casual el placer más intenso que he llegado a sentir.

La primera vez que lo vi media poco más de un palmo y medio,  ¿a ver qué nombre le pones Clau? -me dijo mi madre- mientras yo gritaba y saltaba de alegría, llevaba tiempo deseando tener un perro y por fin mis padres decidieron regalármelo, hacía poco que había cumplido los catorce años, pero llevaba unos treinta suplicándolo, siempre me ha encantado los perros pero nunca habría sido capaz de imaginar hasta qué punto me gustan.

Era un hermoso cachorro de labrador, encantador y juguetón, propio para anu...