Una noche con Marta (II)
Como acabo aquella noche, a partir de aquel día ya no habría vuelta atrás para Marta.la antigua Marta era una sombra lejana, un envoltorio que escondía un ser ávido de carne y sexo, su voluntad anulada por un deseo brutal de sumisión, de no ser nada más que la hembra de su macho de nada más que servir a su Amo, el dueño de su cuerpo y sus deseos yo.
-Gracias, Amo.
Sus palabras sonaron como un susurro después de haber recibido mi semen en su boca, me miraba fijamente, extasiada, dibujando una sonrisa con su boquita sucia de esperma. Había conseguido arrancar mi primer orgasmo de la noche, y su mirada suplicante me indicaba que la perra aún no estaba saciada.
-A tu habitación, zorra. Ah, …y a cuatro patas.
Avanzó gateando melindrosamente hacia la habitación, tirando de la correa que había enganchado a su collar de mascota, moviendo su c...