Deborah Mann
Ir a la playa por las noches no es algo que suelo hacer a menudo, y menos si es viernes (por aquello de viernes trece ¿o es martes?) pero cuando recibes una tentadora oferta no te queda más remedio que aguantarte tus temores a la oscuridad y al mar, y echarte al agua.
Deborah Mann
Por: Cirujano
Ir a la playa por las noches no es algo que suelo hacer a menudo, y menos si es viernes (por aquello de viernes trece ¿o es martes?) pero cuando recibes una tentadora oferta no te queda más remedio que aguantarte tus temores a la oscuridad y al mar, y echarte al agua.
La cosa empezó cuando mi compadré José y un amigo suyo (Julio) decidieron ir a follar a la playa un viernes a las diez de la noche, con dos de sus conquistas. Solo tenían un problema: había un...