Vacaciones pagadas

Unas vacaciones que prometían ser muy aburridas para nuestra protagonista, cambian tras una proposición decente que oculta oscuras intenciones.

Todos los meses de julio los pasábamos igual, en casa del abuelo, si por lo menos fuese en la playa estaría bien. ¡¡Pero no!!!, la casa está en un pueblo, de unos 500 habitantes, sin nada interesante que hacer excepto bañarse en la piscina municipal que hay cerca. Eso es lo que pensé mientras íbamos de camino, pero este año iba a ser diferente, si lo hubiese sabido no habría puesto las pegas que puse, la verdad es que las expectativas eran malas, mis padres nos dejaban a mi hermanito y a mí en casa del abue...