Sometida a sus caprichos de nuevo

Despues de un tiempo una sumisa decide seguir explicandonos sus sesiones de sumisión a Ciberdom su Amo virtual.

Sometida a sus caprichos de nuevo

Durante un tiempo no me apetecía volver a escribir sobre las relaciones que mantengo con mi Amo a través de IRC, me parecía que me prostituía al airearlas.

Pero releyendo los antiguos relatos, me he animado para continuar explicando mis sesiones de humillación y sumisión para capricho de mi Dueño y Señor.

La noche anterior había dejado pendiente un castigo, no había cumplido con el ritual de excitar y ofrecer mis pechos a mi Señor y eso suponía que e...

Sometida a sus caprichos (2)

Continua la sesion virtual.

Sometida a sus caprichos (II)

Estuve cinco minutos en la postura de ofrecimiento, meditando acerca de mi sumisión y repitiendo constantemente la frase que se me habia enseñado:

"Someto la entrada a mi cuerpo al capricho de mi Señor, estoy ofrecida y preparada para mi Amo".

En la pantalla iba apareciendo su nick, sin ninguna frase, solo para recordarme que estaba a su disposición. Después leí en la pantalla una sola orden corta y clara:

"humillate para mi"

Retiré las manos...

Sometida a sus caprichos (1)

Sumision virtual a un Amo detallista.

Sometida a sus caprichos (I)

Volví a casa tarde de trabajar y conecté el ordenador, esperaba inquieta la conexión nocturna de cada semana para someterme a los caprichos de mi Amo y Señor.

Al momento vi su nick en el chat y inmediatamente me quité las bragas y me levanté la falda para sentarme directamente sobre el asiento con las piernas separadas; ofrecida para ser usada.

He de decir que la silla que me había ordenado conseguir para el ordenador, era una de esas de bar, metálicas con...

Cibersumisión

Una sumisa debe enfrentar la desconfianza de su amo sobre su sumisión virtual suplicandole un solo contacto real.

Esperaba sentada en la estación de tren, con el libro recién comprado y apenas leído, para poder ser correctamente identificada por su Señor, llevaba puesta una falda plisada de tenis, a la altura de las rodillas, un polo azul ajustado, bragas y sostén negros. Era lo que su Amo le había ordenado.

Recordó entonces que debía separar las piernas y mantener la mirada baja, su Señor podía estar contemplándola desde cualquier parte de la estación y ella estaba allí para ser observada por Él. Bajó la vi...