Yo nunca había hecho esto...
Le metí la mano debajo de su calzoncito rojo un mar de flujos de estación emanaba de su ardiente chuchita y entre jadeos ella tomó la más sabia decisión: Agachémonos, ah, ah, ah, no me hice esperar más.
Desde que terminé con mi exnovia, las locuras sexuales habían desaparecido de mi vida. Quizás me martirizaba más pensando en las mil y una posturas de ella con su nuevo novio cuarentón que disfrutar de los bocadillos sexuales que caigan de vez en cuando en mi boca.
Hace menos de una semana no me imaginaba que despertaría nuevamente de ese letargo, que saldría de la época de las vacas flacas y más con casi una desconocida.
"Me viene a visitar mi mejor amiga que vive en otra ciudad", fue lo...