Pakistaní de gimnasio y la gordita.

Creo que, en unos días volveremos a quedar, le tengo que enseñar algunos moratones que tengo de haber sido tratada de forma tan" dura". Real...como la vida misma

Un poco de dolor puede llegar a ser muy excitante.

Conocí a Ricky por medio de Tinder. No estaba segura de su procedencia, pero era moreno y pensé que sería asiatico, de la india o algo así. Resultó ser un Pakistaní cristiano que había huido de Pakistan con su familia a los 13 años.

Un Pakistaní muy bien formado.

En realidad, solo quedé con él para tener sexo, ya que por nuesstras cortas conversaciones por Whatsapp me pareció el típico chulito de gimnasio tratando de tirarse a una chica go...

Un accidente (3)

EL final de la intensa historia sexual entre padre e hija

Lamento el retraso en finalizar, he estado de examenes y no he podido terminarlo antes. Espero que os guste, aquí termina esta serie.

Que no se repetiría.

Qué gran mentira. Aunque, para ser franca, opuso resistencia. Pasaron casi dos meses desde ese encuentro. Y yo no podía hacer más que desearlo. Me llegué incluso a plantear la ninfomanía como causa de la calentura que me carcomía, pero ciertamente, mis intereses sexuales no iban más allá de mi padre. Él por su parte, me evitaba notoriamente. Y...

Un accidente (2)

Sigue la historia de deseo padre-hija.

Habían pasado más de dos años desde ese suceso. No puedo decir que papa se comportase mal conmigo, pero guardaba las distancias.  Sus iniciales intentos de que nadie notase el cambio fueron, al fin, infructuosos. Todos se dieron cuenta, pero me atribuyeron ese cambio a mí. A que, al ir creciendo, me había alejado, por rebeldía adolescente. Sin embargo, en todo ese tiempo fue fermentado en mí una idea, más bien, una fantasía: Mi padre.

No es que quisiera acostarme con él, claro. Una tenía sus principio...

Un accidente (1)

Nuestra historia no comenzó aquella noche, ni mucho menos. Supongo que papá llevaba tiempo deseandome, pero no fue hasta aquella tarde en la que yo también comencé con el juego...

Siempre había sido la hija predilecta de mi padre. Desde que tengo uso de razón, siempre me dio un trato especial. Nada extraño o incestuoso, desde luego ( o al menos, al principio ), solamente me trataba como su princesita, me consentía más que a mis hermanas mayores, y no era extraño que se presentase en casa con un pequeño obsequio que, al entrar a una tienda, le había parecido apropiado para mí.

A mis hermanas no les pasaba desapercibido ese trato preferente hacia a mí y, supongo que por envi...