La mamá cachonda y las dos gorditas lujuriosas.

Tercera parte de la saga que comenzó con 'Una mamá cachonda y pasional' y continuó con 'Una gordibuena, placer entre las carnes'. La mamá me obliga a masturbarme y las gorditas me dan el mejor sexo de mi vida.

Este es el tercer episodio de la relación de sexo y poder que inicié con una mamá muy cachonda y mandona que me obliga a esperar para acostarme con ella y de cómo descubro lo placentero y morboso que es acostarse con dos jovencitas de talla grande y polvo fácil. Espero que os guste.

Me convencí de que tenía que aprovechar a toda costa la racha de buena suerte por la que estaba pasando y creí que el destino me ayudaba a compensar la deslealtad de mi mujer con su antiguo amante. Lo primero era u...

Una gordibuena, placer entre las carnes

Ana, la mamá caliente y mandona, me obliga a esperar para acostarnos, pero conozco a una chica gordita que me hará disfrutar entre sus grandes muslos, sus acogedores michelines y sus gloriosos pechos. Un manjar para comérselo

Los primeros días me masturbé como un adolescente recreando en mi memoria lo que ocurrió entre Ana y yo, primero en aquel bar y luego en mi coche. Aquella aventura le había sentado muy bien a mi masculinidad y me despertaba muy excitado con mi pene endurecido como nunca antes. Sole se benefició de mi frenética actividad sexual y mi buen humor. Tuve paciencia con los preliminares, fui atento y cariñoso y logré de ella una mejor respuesta sexual que hasta entonces. Parecíamos recién casados estrenando la casa...

Una mamá jamona y pasional

Varias parejas con hijos en el mismo curso pasan un fin de semana juntos en una casa rural. Javier se obsesiona con Ana, una mamá jamona, con un culazo que le vuelve loco. De vuelta a la ciudad la noche le da oportunidades.

Las parejas que llevan ya algunos años casados y tienen hijos en edad escolar suelen ir renovando sus amistades a medida que toman contacto con otros padres en fiestas del colegio, cumpleaños, excursiones y salidas de fin de semana. Son relaciones diferentes a las de los amigos de toda la vida con los que lo vivido con el paso de los años condiciona demasiado las cosas.

Abrirse a nuevas relaciones sociales permite comportarse de una manera diferente, más libre si se quiere, con esas amistades recien...

Era más puta de lo que yo pensaba

Después de una cena muy cachonda vamos a un local liberal donde mi mujercita se transforma en una verdadera chupapollas pero a mí no me deja participar. Me vuelve loco viéndola tan cachonda y vaciando a cuatro machos delante de mí y con ayuda de sus mujeres.

.- Por lo menos  la velada resultará completamente diferente a lo habitual.

.- ¡Claro mujer! Lo peor que puede pasar es que te pongas un poco colorada y que nos cobren las copas un poco más caras que en un pub ‘normal’; pero el sobreprecio se compensa porque seguro que alegraremos un poco el ojo.

.- Ya se te notan las ganas que tienes de ver tías desnudas. Para tí esto es como ver una película porno en directo y estás emocionado pero a mí me da algo de reparo.

.- A lo que tienes miedo es a...

Pajas en la playa. Lidia y Ana

Sigue la serie. Ahora Toni pajea a mi mujer mientras la suya me pajea a mi.Conviene al menos leer el relato anterior (http://www.todorelatos.com/relato/74754/) aunque se entiende todo mejor leyendo desde el principio. Espero que no resulte largo y sí morboso y excitante. Se agradece el comentario.

Lidia tenía una forma muy particular de hacer pajas a los hombres. Le gustaba agarrar el miembro no con la palma debajo del tronco y los dedos hacia arriba como lo cogería cualquier hombre para masturbarse. Ella prefería hacerlo al contrario; con la palma por encima del pene, casi ocultándolo, y los dedos abrazándolo hacia abajo. De este modo podía ir estirando el pene simplemente con extender el brazo. Y podría ejercer más presión sobre el glande. Tanta que parecía que iba a arrancarlo de cuajo. Los primer...

Conociendo a Lidia, La playa 1

Tras las orgías, Pablo recuerda como su mujer y Lidia se masturban mutuamente en la playa. De vuelta al presente Lidia lo ata a una cama y empieza a pajearlo con un brillo diabólico en la mirada

La puerta se cerró con un fuerte ruido del cerrojo. Empujé.

Efectivamente, sólo se podía abrir desde fuera. No había vuelta atrás.

Seguí corriendo con la falda levantada, dejando ver mis medias mientras trataba de alcanzar a Lidia. No tardé en ver dónde se había refugiado. Acababa de entrar en una estancia al final del corredor por el que yo avanzaba, así que sólo tardé unos segundos en seguir su camino. Al abrir aquella puerta me encontré en una alcoba ricamente decorada. Al principio me pareci...

Conociendo a Lidia, La playa 2

Tras las orgías, Pablo recuerda como su mujer y Lidia se masturban mutuamente en la playa. De vuelta al presente Lidia lo ata a una cama y empieza a pajearlo con un brillo diabólico en la mirada

Ana se inclinaba inconscientemente hacia delante y ladeaba el cuerpo para que su vulva quedase al alcance de las manos de Lidia. Seguía con los ojos cerrados y ronroneaba. Lidia inclinó su cabeza hacia atrás y apoyó su espalda sobre los calientes pechos de Ana sintiendo sus pezones ya endurecidos. No necesitó más señales para llevar su mano a la entrepierna de Ana agarrando sus palpitantes labios vaginales y recibiendo como premio un bufido de placer de su nueva amiga.

Ana se dejaba hacer. Estaba muy...

Venecia era un juego... 3. Los esclavos

Tras la orgía, Pablo observa oculto una escatológica escena de humillación sado.

Tras la orgía, Pablo observa oculto una escatológica escena de humillación sado.

A un gesto de uno de los amos tres fámulos semidesnudos dispusieron al único esclavo masculino sobre un sofá especial curvado, bajo y con dos lomos que dejaban un espacio más hundido en el centro. Tumbaron al esclavo boca arriba con la espalda en la hendidura de modo que su cabeza quedaba sobre uno de los lados elevados y sujetaros la argolla de su cuello al sofá para que no se deslizara hacia abajo. Le sujetaron lo...

Venecia era un juego... 2. La orgía

Pablo disfrazado como una enigmática dama se adentra en una fiesta que lo excitará hasta el límite y se verá forzado a intervenir... como si fuese una mujer.

Para que los que no han leído el relato anterior se pongan en situación recordaré que Pablo se disfraza como una enigmática mujer, disfrutando del proceso, y acude a una misteriosa fiesta de disfraces en un palacio veneciano. A partir de aquí la situación se vuelve muy caliente. Disfrutad de la lectura, agradezco los comenterios.

Gracias a quienes comentaron el anterior por sus palabras y a quienes lo leyeron por hacerlo.

Despertó, inquieto. Seguía a oscuras pero pudo ver gracias a la clari...

Venecia era un juego de máscaras

Ana y Pablo conocen en su luna de miel a una pareja muy liberal que trastoca su relación gracias al magnetismo de ella:Lidia. Ana desaparece en una vorágine de orgías y hombres desconocidos. Pablo encuentra su pista gracias a Lidia y acude a una fiesta en un palacio en Venecia...

Venecia era un juego de máscaras.

Imposible reconocer a nadie bajo esas complejas vestiduras que ocultaban completamente las formas del cuerpo. Cualquier hombre podría hacerse pasar por una elegante cortesana bajo las amplias faldas, los robustos corpiños o las brillantes capas con las que las damas se embozan, delicadas, el rostro; o mejor dicho, su bella máscara nacarada. Como quiera que las máscaras casi nunca hablan entre si, en parte por no arruinar el misterio, y en parte por la cacofonía d...