Dolor y placer
La dominación de mi amante sobre mi me impide pensar si esto es correcto, pero no puedo negarle cualquier cosa que él me pida. Soy suya. Y ahora, soy de ustedes.
Tengo un amante del otro lado del mundo. No me pregunten cómo nos conocimos, porque pensarían que esto es un cuento fantástico.
Este amante que apareció de repente, me mostró otra cara del placer: el BDSM. Un día se acercó a mi cuerpo y se apoderó de mi mente. Abrió mis ojos por primera vez y me reconocí como una sumisa sin saber cómo fue que llegué a sus pies. Sólo sé que no podría renunciar a él y la forma como domina todo lo que yo pretendía conocer.
Cuando nos conocimos, me miró fijo y supe...