Dando el espectáculo desde la terraza de un hotel

Mi novia y yo nos regalamos nuestras primeras vacaciones juntos y las estrenamos con un polvo espectacular en nuestro hotel, a la vista de quien quisiera mirarnos

Llevábamos seis meses de relación y eran nuestras primeras vacaciones juntos. Teníamos apenas 23 años y trabajábamos, lo que no era poca cosa allá por el 2010, con la crisis económica dando todavía sus terribles coletazos. Con un sueldo seguro en el bolsillo (un cosa mileurista, pero suficiente para creernos los dueños del mundo) decidimos hacer nuestro primer viaje de pareja aquel verano y reservamos habitación en un hotelito de Cádiz, en primera línea de playa. Rebosantes de ilusión hicimos las maletas, n...

Empezamos jugando al FIFA y terminamos montándonos

Habíamos quedado para echar una tarde de cervezas, risas y Playstation, pero todo terminó con un trío de lo más excitante

Hacía apenas un mes que lo había dejado con mi chica. Tal vez por eso tenía a mis amigos todo el día encima, muy preocupados por cómo me debía de estar sintiendo. Pero la verdad, con algún que otro polvo esporádico por ahí, no lo llevaba tan mal. El caso es que ahora todo el mundo quería invitarme a algo. A tomar una cerveza, a salir por ahí... y Manu, mi fiel amigo Manu, me invitó a su casa para recordar aquellos gloriosos días en los que nos dejábamos los pulgares con nuestro videojuego favorito.

No...

Polvo post-exámenes en los baños de la facultad

Estábamos de exámenes. La última tanda del primer curso de carrera. Ya casi veía mis tradicionales tres meses de vagancia en la playa... pero antes tocaba un pequeño sprint. Un par de semanas encerrado en casa, sin salir y sin tiempo ni para tocarme. Estaba más caliente de lo que recordaba nunca.

Estábamos de exámenes. La última tanda del primer curso de carrera. Un último esfuerzo antes de las vacaciones de verano. Ya casi veía mis tradicionales tres meses de vagancia en la playa... pero antes tocaba un pequeño sprint. Es decir, un par de semanas encerrado en casa, prácticamente sin salir y sin ver a nadie, visita tras visita a la biblioteca y ya en pleno verano. Es decir, con las muchachas -y yo mismo- en manga corta. No tenía tiempo ni para tocarme. Nunca antes me había sentido tan caliente. .

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