Las chicas del cable (Parte 3)
Los años han pasado, pero Blanca nunca olvida.
Paseaba por la avenida, echando un vistazo a los escaparates de las galerías más importantes de la ciudad. ¿Quién le habría dicho a Blanca Cortés, aquella muchacha a la que tantas veces le habían manchado el nombre, que acabaría así? Ahora B. C. eran unas siglas sinónimo de honor, de integridad y de buena familia. En apenas un par de años habían pasado tantas cosas: la pedida de Óscar, la boda y la primera niña. Por las calles de Madrid Blanca paseaba como si fuera dueña y señora de cada esquina, cada farol...