Vacaciones sin papá y mamá

Lo que empezó cómo la frustración de quedarnos sin vacaciones, terminó en que fueron las mejores de nuestra vida. Claro que mi hermana y yo no lo imaginábamos al comienzo.

–No sabes cuánto lo siento, cariño –dijo mi madre, acariciando una mejilla de mi hermana Caro.

Yo también estaba jodido. El último día de las vacaciones del año anterior había conocido a una rubita preciosa de 19 años, Linda. Me dijo que su familia y ella volverían el verano siguiente al mismo camping, y ya había hecho planes de retomar –bueno, más bien comenzar– lo que no pudo ser por falta de tiempo. Claro que en 365 días pueden pasar muchas cosas, e igual la alemanita a estas alturas ya tenía...

La espera

No sé qué hacer, estoy desesperado. No le llegan mis correos, aunque a mí sí los suyos, y no puedo ponerme en contacto con ella por otro medio.

No sé qué más puedo hacer, ya lo he intentado todo. Después de un fin de semana en el que no respondió ninguno de mis correos (y fueron muchos) ayer recibí uno suyo reprochándome que no le haya escrito desde el viernes; su final parece una despedida, y me consume la impotencia, porque sé que no ha leído mi respuesta.

Anoche le envié decenas de correos a todas las direcciones que conozco (incluso a la de la cuenta que yo le proporcioné) y estuve hasta muy tarde pendiente de su contestación. No la...

Pareja de damas

A pesar del título, este relato no trata para nada de póquer, sino más bien de la Lotería, porque a mí me ha tocado el premio gordo.

  • ¡La leche p…!. ¡¡¡Aliciaaa!!!. ¿Cómo se te ocurre dejar una maleta en el recibidor?

Me había golpeado dolorosamente las espinillas, y eso además había sucedido al final de un mal día, de manera que entré en el salón verdaderamente cabreado. Se me pasó como por ensalmo. Alicia no estaba sola, sino que su amiga Julia estaba sentada a su lado, en el sofá de tres plazas.

  • Hola, Julia. Lo siento, pero es que me he dado un golpe con la maleta –balbuceé a modo de excusa por mi arranque de mal h...

Visiones obscenas (y 6)

La historia toca a su fin. Se desvela el por qué de los 5 relatos anteriores y después Charlie y Elena se encuentran, no en la ficción, sino realmente.

Puede parecer que, si digo ahora que no entenderéis nada de este relato si no habéis leído los anteriores de la serie, estoy pretendiendo que se incremente el número de lectores. Pero es cierto. Poco de lo que sigue tendrá demasiado sentido para vosotros, salvo que conozcáis la historia completa. Los anteriores podrían considerarse narraciones independientes, pero este no.

CHARLIE.

–¡Jajajajaja! ¿Qué queréis? ¿Que vuelva a contar el "polvo" con Jorge desde otra perspectiva? –rió Irina.

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Visiones obscenas (5)

Cuatro parejas en una casa. Dos semanas por delante, en las que hay que ocupar el tiempo de algún modo. Pero tras la apariencia de amistad y camaradería afloran historias inconfesables, y comienzan a suceder otras nuevas.

V. JULIA.

Román y yo lo estuvimos hablando durante la siesta el día anterior: había algo flotando en el ambiente. Soy muy observadora, y no me habían pasado desapercibidos algunos detalles, empezando por la falta de actividad sexual entre mi marido y yo, aunque esto obviamente no se lo dije, como tampoco le pregunté a dónde iba todas las noches. Cree que no me entero, pero espera hasta que me haya dormido, se levanta sigilosamente, y vuelve cerca del amanecer. Creo que se trata de Irina, aunque...

Visiones obscenas (4)

Cuatro parejas en una casa. Dos semanas por delante, en las que hay que ocupar el tiempo de algún modo. Pero tras la apariencia de amistad y camaradería afloran historias inconfesables, y comienzan a suceder otras nuevas.

IV. ROMAN.

«¡Hay que ver lo que ha tardado hoy la condenada en dormirse! Lo que me maravilla es que desde que llegamos a casa de Jorge y Elena no haya querido follar ninguna noche. Me viene de perlas, porque si lo hubiera hecho, Irina se habría tenido que conformar más de una vez con una comidita de coño ».

«Y ya que pienso en ello, comienzo a estar un poco cansado de este rollo con la rubia. Elena es la que me "pone" de verdad, pero claro, a ver cómo demonios hago para ligármela. Sobre tod...

Visiones obscenas (3)

Cuatro parejas en una casa. Dos semanas por delante, en las que hay que ocupar el tiempo de algún modo. Pero tras la apariencia de amistad y camaradería afloran historias inconfesables, y comienzan a suceder otras nuevas.

III. LARA.

Palabra que no lo hice a propósito. De hecho, estaba segura de que Charlie, después de refunfuñar un rato, me acompañaría al pueblo cercano a comprar en una perfumería los cosméticos que habían quedado olvidados en el salón de casa, cuando trasladamos el equipaje a nuestro auto. Y no tenía la menor idea de que Jorge tenía que ir también.

Más aún: cuando me colgué del brazo de Jorge, lo hice únicamente por hacer rabiar a mi marido. Y Elena, su esposa, acabó de rematarlo con su id...

Visiones obscenas (2)

Cuatro parejas en una casa. Dos semanas por delante, en las que hay que ocupar el tiempo de algún modo. Pero tras la apariencia de amistad y camaradería afloran historias inconfesables, y comienzan a suceder otras nuevas.

II. ELENA

Cuando desperté, la luz del sol entraba a raudales por la ventana entreabierta, tamizada únicamente por los visillos, que hacía oscilar la ligera brisa matutina.

Me desperecé voluptuosamente, todavía invadida por las sensaciones de uno de los sueños más eróticos que recordaba. Intenté desesperadamente rememorar los detalles pero, como suele ocurrir casi siempre, apenas conseguí apresar algunos retazos aislados: estaba desnuda, y sentía una vergüenza infinita, porque a mi alrededo...

Visiones obscenas (1)

Cuatro parejas en una casa. Dos semanas por delante, en las que hay que ocupar el tiempo de algún modo. Pero tras la apariencia de amistad y camaradería afloran historias inconfesables, y comienzan a suceder otras nuevas.

I. CHARLIE

Lara dormía profundamente a mi lado, en posición fetal. A pesar de que no hacía ni una hora que se había debatido debajo de mí, entregada a lo que ella misma llama "un trenecito de orgasmos", y que por tanto mi deseo debería haber quedado saciado, la visión de su cuerpo desnudo abandonado en el sueño, me produjo una punzada de excitación.

La débil luz del alumbrado que penetraba por la ventana abierta, tamizada por las ramas de los frondosos árboles, no habría bastado segurament...

Sarah Jane

Cuando la Sarah Jane-barco vira para encarar la boca del puerto, la Sarah Jane-mujer esta en pie, con los ojos cerrados y el rostro algo elevado, inmóvil, recibiendo la caricia de los rayos solares. Como si fuera un bello y juvenil mascarón de proa.

El viento de fuerza 2 hincha la génova, impulsando velozmente a la Sarah Jane, que apenas cabecea. Cada pocos segundos, casi con precisión de metrónomo, la proa hiende una ola de mayor altura, y entonces hay una guirnalda de encaje blanco que adorna la cubierta antes de convertirse en finos hilillos de agua devueltos a la inmensidad verde de la que proceden. Y en esas ocasiones, una sutil nube como de bruma refresca mi rostro.

Sonrío.

La primera vez que abordé un velero, creía en mi ignoran...