Cristiana esposa pero mujer viciosa

Gloria es una mujer casada y fiel esposa que disfruta morbosamente las historias de otros. Al final llega su turno de conocer el placer infiel, entregándose con ansias a otro hombre.

Gloria era una antigua compañera de trabajo, ella estaba en el departamento financiero. A pesar de que sólo nos veíamos de vez en cuando, nos llevábamos muy bien. No era una mujer espectacular pero sí tenía muchos puntos positivos: simpática, agradable, guapa, un buen cuerpo. Una mujer muy equilibrada y que producía atracción y deseo.

Gloria era una mujer casada y una convencida creyente, defensora de la iglesia. No era una fanática anticuada, sabía vestir con un toque sensual pero nunca se atre...

Más que madre de su hijo

Una madre descubre que excita a su hijo y al final es ella la que acaba sucumbiendo al deseo por su propio hijo.

Debe ser cosa de la profesión que la gente se muestra demasiado predispuesta a contarnos a los médicos sus problemas. Me encontré por casualidad a Raquel en el hospital, para hacerse unas pruebas rutinarias. Digo por casualidad porque ni yo la conocía por su nombre y apellidos ni ella sabía que yo había acabado siendo médico.

Raquel era una amiga de mis padres a la que hacía años que no veía, desde mis tiempos del instituto. En algún momento se mudó dejando atrás el ajetreo de la capital y yéndose a v...

La calentona del bar

Laura va al bar vestida de forma sensual, dispuesta a mostrarse irresistible. No voy a engañar a mi marido. Sólo quiero sentirme deseada.

Ya os conté en mi anterior relato ( http://www.todorelatos.com/relato/61008/ , El pastel) que conocí por Internet a Laura, una mujer casada bastante calenturienta. Decidimos hacer un intercambio de fantasías, yo le ayudaba a cumplir una de las suyas y ella hacía lo propio con una mía. Mi fantasía fue la que conté en ese relato. Tras permitirme el cumplirla, ahora era el turno de la aventura de Laura.

Como os he dicho, Laura estaba casada y aunque deseaba todo tipo de encuentros sexuales era c...

El pastel

Un cornudo saborea, sin saberlo, la leche del hombre que le roba la honra de su mujer.

Quiero que ante todo conste un hecho: yo empecé con todo esto por casualidad. No era mi intención caer en esta sucesión de experiencias de índole sexual. Sin embargo, quiso el azar que las cosas sucedieran de ese modo.

Marcos, un amigo mío, me pidió que le rellenara un perfil de una página de contactos. Mis amigos siempre me han usado como escriba, aunque ya haya índices de alfabetización altísimos.

Ellos saben que una mala forma de escribir es una mala tarjeta de visita. Para el resto se s...