Fiebre

A veces la fiebre nos hace delirar y sudar de más, ¿verdad?

Brisa marina, luna que susurra noche, frescor húmedo con olor a costa y sueños que se evaden pidiendo protagonismo. Manta, calor interno, amago de subida febril y tranquilidad horizontal. Calma, bienestar pese a todo de aquella antigua niña antes rubia y ahora de preciosos cabellos con reflejos azabaches. Mirada infantil cercana a los treinta, curvas acomodadas a la forma del colchón, pijama de seda y una voz de alguien que insistía en que tenía que sudar... Pero no quieres sudar más, que ya te encuentras m...

Desafiante

Claro y directo. Muy breve... ¿QUién no ha imaginado una situación así en un instante ínfimo de tiempo?

Podría ser hoy, ¿porqué no? Aquella chica en el metro no ha dejado de mirarme en todo el trayecto. Es guapa, aunque sin exagerar, y yo tampoco es que sea el adonis de aquel anuncio de calzoncillos que todas las jovencitas estaban mirando entre risas y signos inequívocos de furor uterino, pero tengo mi punto... No creo que me atreva pero, ¿y si lo hiciera?, ¿y si ella deseara que lo hiciera? De hecho, seguramente se baje en su estación pensando que le hubiera encantado que lo hiciera... Sé que ha mirado vari...

Mal gusto

(...) los límites los pone el mal gusto, que el bueno no siempre entiende de placeres (...)

Carne palpitante creciendo en los pantalones, sacando la cabeza, despertando el olor a miembro masculino en erección. Huele a deseo, se moja la tela, los dedos bajan impávidos a tocas piel sensible. Se introducen primero despacio, después con fuerza, se erizan los pezones, gritan para ser mordidos mientras el torrente pélvico se desborda incontrolado. Vuelan los pantalones, se moja la cama, palpita el clítoris pidiendo ser lamido, aparecen los primeros gemidos, huele a coño de hembra en celo, la piel rosa d...

Neblinas en blanco y negro

Extrañas noches las que te pones a recordar...

Extrañas noches las que te pones a recordar... No siempre son realidades o recuerdos en sí sino que a veces son sólo ideas, deseos o incluso cosas que nunca pasaron pero que de alguna manera se han quedado alojadas en algún sitio de la memoria. Por ejemplo, recuerdo así entre neblinas e imágenes en blanco y negro una figura voluptuosa, con sugerentes curvas, una bonita sonrisa y una humedad intensa y gratificante. De piel clara, pechos turgentes, suave seda al tacto y labios intensos y depilados... Sugerent...

Por si acaso...

A veces regresas forzado a casa pero te apetece tomar la última. ¿Y porqué nos va a dar miedo entrar en un bar cualquiera a ver qué pasa?

Por si acaso

Apuras la noche algo contenta ya, con ganas de un rato más de juerga, pero tus amigos se han ido. Además, te pica un poco debajo de las ropa interior, ese picorcillo interno que dice inconfundible, "si surgiera, ¿por qué no?"... Y entras, es un bar al que no has ido nunca, extraño incluso en tu ciudad e inesperado sin duda para tí. Miras a tu alrededor y no conoces a nadie, ambiente viciado, humo, olor a alcohol cazallero y rock n´roll añejo como banda sonora de trasfondo.

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Sueños acalorados

A veces confundimos realidad y fantasía, cercanía y distancia, sueños y deseos... Lo dicho, leer hasta el final.

Noche oscura, calor general en el ambiente mientras veo figuras danzando en las sombras que se reflejan en las paredes, dibujando eróticas composiciones no sé si reales o sólo existentes en mi influenciable mente libidinosa. A la vez, resbalo en la cama en mi adusta e incómoda canoa fabricada con hebras de sudor tratando que me calme el roce voluntario, o tal vez no, con el fabricado cuerpo de mujer que el peso y empuje de muchas noches ha silueteado en mi colchón.

No hay placer sino más bien do...

Recuerdos de Cristal

A veces se pierde el deseo sin saber porqué, y otras descubrimos sin querer cosas que preferiríamos que se hubieran mantenido blowing in the wind... Lo pongo Infidelidad pero también podría ir en Fantasías...

RECUERDOS DE CRISTAL

Aquella tarde, Ernesto salió de trabajar antes de lo previsto. Casi nunca lo hacía y menos en los últimos tiempos ya que la relación de tantos años con su novia de siempre no marchaban por el mejor momento posible. Ya no recordaba porqué discutieron la primera vez, ni la segunda, ni quizás la tercera pero a partir de la cuarta, el motivo siempre fue el mismo: los celos.

Su mujer era preciosa, siempre lo fue y seguro que siempre lo sería. Su mujer… a él le gustaba llama...