Javier y compañía (I)
De como descubrí mis vicios sexuales en compañía de un osito maduro.
Esta historia comienza un verano, el día que me enteré de que mi amigo Javi, había tenido una bronca tremenda con un gilipollas, a cuenta de no se qué historia de su padre. Le llamé por teléfono y estuvimos hablando un buen rato, para que se desahogara. Por la noche quedamos y seguimos hablando del tema. La verdad, el motivo de la bronca no tiene mucho interés, la cuestión es que estaban terminando de arreglar el empedrado de entrada a su chalet y se habían quedado sin mano de obra en pleno agosto, ad...