A sus filas, Soldados!
En la Roma del 30 a.C. la perversión y el acoso entre hombres era tan normal como comer pan. Así este joven soldado se ve iniciado en la homosexualidad por obligación, aunque pronto descubre que será su vocación.
A sus filas, soldados!
Era un día soleado, hacía buen tiempo, para disfrutar de familia y amigos, por desgracia, no sería así para mí. Habían venido a casa a recogerme, los soldados imperiales me buscaban, eran tiempos de guerra y necesitaban todos los guerreros posibles para vencer. El César no quería perder aquella batalla. Por ello llamó a sus civiles más jóvenes, con más constitución y más fuertes a sus filas. Yo me llamo Santiago, a mis 16 años estaba muy bien formado, ayudaba a mis padres en las...