Minusválido

Le faltaba su mano pero su morbo no.

Te contare lo más morboso que he efectuado. Resulta que a la entrada del edificio donde trabajo existe un servicio de lustrabotas. Un día me subí a la silla correspondiente a fin de que me limpiaran mi calzado y a quien le toco atenderme fue un señor de cierta edad que al sentarse en un piso quedo con su cabeza a la altura de mis rodillas y mientras hacia su trabajo miraba mis piernas y yo instintivamente las juntaba los más que podía para impedir que viera mis calzones pero su insistencia me puso ner...