Tarde

Una tarde caliente en la carrilera

Tarde —

¿Qué hacés? —Espero a que sean las tres y media para bañarme, hasta las cuatro para para salir y llegar a tu casa a las 5... —Veníte ya, te quiero ver...

Traías  una flor y unas gafas demasiado grandes... Me entregaste la flor, me cogiste la mano

—¡vamos! Fuimos a ver los pájaros a la carrilera, tus manos temblaban y yo sentía la boca seca y el coño húmedo. No podía hablar, vos tampoco decías mucho..

—¿Sentiste el temblor? —¿Cuál? ¿Éste? Y ponés tus manos en mis tetas. Me arr...