Las palabras perdidas
La microhistoria de un amor descentrado y abismal
"A la última que me amenazó la tuve que castigar feo. Se tuvo que deglutir hasta la última gota" me dijo Cristian y yo que nunca me quedo sin palabras, tuve que tragar saliva, pensando la situación, sintiéndome presa de su mirada condenatoria. Bajé la vista, nos imaginé, y me sonreí. Yo tenía tantas palabras para decirle. Tantas cosas guardadas en mi cabeza. Él seguía en su postura, amenazante y determinante. Yo nos imaginaba y cerraba los ojos lentamente. Podía sentir hasta el olor Él alternaba la...