Una visita conyugal... muy especial.
Aquel hombre de prisión, me estaba enloqueciendo de placer, al grado de desear a verlo... cada vez que me lo pidiera.
Una visita conyugal… ¡muy especial!
Jamás habíamos recibido un mensaje como el que esa mañana llegó a nuestro correo, reconozco que hacía tiempo no sentía esa adrenalina cuando está una por hacer algo diferente, algo que nos hace sentir un hormigueo en el estomago.
- ¡He leído todos tus relatos! Soy un hombre maduro, educado, de edad madura, estoy pagando una pena en un centro de readaptación. Llevo varios meses tratando de imaginar cómo eres en realidad, estoy dispuesto a darte una buena grati...