La Mari
Una situación no deseada, un lugar que no era el mio, una mujer...
Estaba en aquella oscura cafetería y no tenía muy claro como había llegado hasta allí.
Me sentía un intruso, no me acababan de dejar sentirme a gusto ni aquel sintético y dulzón olor a ambientador que intentaba disimular lo poco ventilado del local, ni las “falsas” risas de las mujeres, ni los golpes que no paraban de darme en la espalda y en el pecho los que ese día me llamaban compadre, ni los alardes que hacían de mi persona…
Hombres burdos, más maleantes que currantes y estos por quién iban...