La cogida de mi vida

Comencé a resistirme, pero a el parecía gustarle, pues podía sentir su fuerte erección apretándose en mi vientre, sus manos se movían impacientes entre mis piernas, pero sin llegar a tocar mi vagina, lo que comenzó a encenderme casi de inmediato, de repente me empujó bruscamente hacia la pared haciendo que me golpeara la cabeza.

Raúl ya me había sido infiel una vez, otra de esas no se la iba a tolerar, así que decidí terminar la relación; no contestaba sus llamadas, lo evitaba en la universidad, me le negaba en el trabajo, incluso le pague al portero del edificio donde vivo para que no lo dejara pasar, ya que el tiene llave y yo no quería reunirme con el para quitársela.

A la pocas semanas me entere de que el muy infame, estaba saliendo con una de las putitas mas bajas de toda la universidad, y que por cierto es bastant...