No consentido en la iglesia. Distinto a todo.

-Hija, yo no soy hombre, sirvo a Dios. No juegues con eso. -¿Con qué, padre?- y lo arrinconó con su camiseta amarilla a punto de reventar. No llevaba sujetador y se le marcaban los pezones exageradamente, y esas tetas tan ricas...

Eran las cinco en punto. Mónica y Bea se miraron, sonrieron y entraron a la iglesia. El templo estaba vacío, la luz entraba por las ventanitas. Y se veía el polvo en el aire.

-Debe de estar dentro-dijo Bea-Vamos.

Se encaminaron hacia la sacristía. Tocaron a la puerta y se oyó una voz desde dentro que decía: Pase.

Y pasaron las dos chicas, tan cortas de falda como de moral. Tan aburridas como salidas. Tan irreverentes como atrevidas. Tan sedientas de venganza como cachondas.

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Lola y María parte 2

Esta vez el afortunado de la perversa Lola es el jefe de estudios y María por supuesto continúa obedeciendo a su ama... Cachondo y delicioso...

No podía dormirse, estaba demasiado caliente.

En posición fetal con las manos entre las piernas apretando mucho. Como si eso le aliviara el apretón de coño que tenía.

Era imposible no oírlo. No verlo.

Ahí estaban Lola y ella hace un rato. Otra vez en el baño, pero esta vez del despacho del jefe de estudios.

Las dos de pie, él tumbado y cachondo como un cerdo. Empapado. De orina.

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Lola le había dicho esa mañana tempr...

Lola y María parte 1

Un instituto, mucha perversión: María se deja, Lola organiza y Alberto participa encantado. Muy, muy goloso...

-No.

-Por favor...

-No.

-...por favor...

-Cállate.

-...

Se calló y el ronroneo del profesor de Historia transformando la Revolución francesa en un mantra insoportable sólo consiguió concentrar más su desesperación en el jodido centro exacto del medio de sus piernas.

La vibración de la voz del hombre que paseaba de un lado a otro del aula temblaba en su coño como dolor punzante y apretado. No podía pensar en nada más que en aliviarlo.

Pero le estaba prohibido tocarse...

Una parejita encantadora.

Una pareja y una visita muy esperada. Muy cachondo...

Joder, los tacones me matan hoy especialmente. Odio las calles empedradas, qué queréis, soy moderna. Y muy auténtica.

A ver, número 7, este es. Menos mal, diosito, creí que no llegaba entre aparcar y buscar el portal. Aunque curiosamente a pesar de todo estoy cachonda. Vaya.

Desde que hablé con el chico esta mañana me dio buen rollo y se me puso dura. Nunca lo han hecho con un travesti. A mi me gusta decir una travesti porque yo, a pesar del rabo que me gasto,

soy una muñecaza total

...

La noche de Eva y Robert.

Una orgía a cuatro... puro porno.

¿Tú crees que aquí encontraremos lo que buscamos?

Yo creo que si, mira cuantos chicos guapos, muy guapos.

¡Claro, todos gays!

Anda tonto vamos, lo peor que pueda pasar es que terminemos en casa solos follando como dementes…

¡¡Ufff!! Ya se, menudo calentón.

Voy a pedir algo en la barra, anda quédate aquí tranquilito, relájate y disfruta de la música… ¿Gin-tonic verdad?

Si mi amor, como siempre.

Pocas chicas hay aquí ¿no?

Pues si, normal,  ¿sabes por que te he t...

Sólo tu dedo...

No se qué haces. Ni me entero porque estoy tan caliente que no pienso. Sólo follo, sólo sexo, sólo dedo, sólo coño...

Tumbada en la cama sólo veo tu dedo. Parte de esa mano que hasta en fotos me deshace.

Y lo que da de sí tu dedo. El mismo que ahora me señala al perchero...

Me levanto completamente desnuda, cojo el pañuelo negro, me lo ato a la cabeza tapandome los ojos. Bien, no veo nada.

Me pongo en la cama, que está a nivel del suelo. Caigo deliberadamente de rodillas. Así, tiesa, erguida. Me quedo quieta.

Y... tu dedo busca en mi pelo. Es lo único que siento. No quiero ni respirar. Despacio...

El chófer, las francesas y una más...

Un vagón de metro en retirada, un chófer muy hortera y dotado, dos francesitas cachondas y una más...Un cuento con mucho sexo.

Sudando, como era habitual, manejaba Genaro el primer vagón del metro.

Es de esas persona que siempre, a la hora que sea y pase lo que pase, está sudado. Su cadena de oro al cuello, grande y pesada, hortera, brilla más por eso.

La camisa del uniforme, azul clara, luce pegada y abierta hasta el tercer botón, enseñando orgullosa el pelo en matojo rizado del pecho. A juego con el del bigotón y el de la cabeza, claro.

Castaño y abundante. Media melena setentera que combina con gorra motera cua...

Donde esté un buen probador...

Morbazo en una tienda de lencería. Toda una peli porno con un trío muy cachondo... (publicado hace dos años)

Definitivamente ayer fue un día memorable. Me acuerdo y me entra la risa tonta. Ay la vida, qué sorpresas te da.  Dos meses sin follar y esto, ufffff... sin palabras. Y pensar que me había levantado de mal humor...

**Pues sí, no me sonó el despertador y ya me levanté de los nervios. Con al sábana pegada del calor de agosto. En un minuto me refresqué en la ducha, agarré el vestido más pequeño que vi, uno rosa como de niña, con manga corta, por no irme en pelotas, que ya me hubiera gustado, joder, qué ca...

En el baño del garito...

Me reventaba la polla en el vaquero. Y a ella en el vestido. Cómo se apretaba. Nunca había notado nada parecido así por detrás. Y me gustaba. Mi amigo estaba encantado y se reía a carcajadas. (Publicado hace dos años)

Lo sentí. Sentí el bulto en mi culo. Y seBailábamos la música pachanguera y petarda que nos hacía creer que estábamos en una verbena en agosto, pero no. La realidad se llamaba "garito de Chueca", ni sé el nombre. No podría decir donde está pero sí como son los baños. Con todo lujo de detalles.

Esa noche salí con César a cenar. Somos colegas desde hace años y quedamos de vez en cuando. Ahora coincide que estamos sin pareja los dos. Yo hace menos, por eso llevaba días insistiéndome en liarla para que se...

Mi perra en el súper.

Orgía en el súper al olor del coño de mi perra. Publicado hace año y medio.

Cuando entramos en el súper mi perra y yo, lo primero que vi fue como la boca del seguridad se abría para no cerrarse más. Bajé la vista por la camisa marrón hasta el pantalón y comprobé cómo le debía estar apretando desde este mismo instante.

Primera víctima.

No nos dijo nada. No podía. Sólo miraba a mi perra. Se ve que estaba en celo. Como ella. Bueno, ella siempre lo está.

La llevaba bien sujeta con su correa favorita: de cuero negro con tachuelas y cadena plateada de eslabones pequeñit...