Prueba y aprueba (III)
Una nueva cita y encuentro pasional en un motel.
Tres semanas y la juventud parecía haber vuelto. Sueños, fantasías y numerosas perversiones inundaban mi mente. Mi sumisa alumna había cambiado mi vida.
Aunque a veces sé que puedo parecerles cruel, nuestro juego forma parte de la vida, Ester no dejaba de ser mi presa, incluso podía estar orgullosa de ello. Yo era su depredador. Pero no se hagan una idea equivocada. No soy el rey de la selva, mas bien una hiena carroñera, soy consciente de ello. Las hienas podemos ser crueles, pero también...