Sexo y más sexo
Un hombre casado se introduce cada vez más en el mundo del sexo gay, descubriendo nuevos placeres.
Martín seguía mamando mi chimbo con ganas. Su boca lo cubría en gran parte y la punta de su lengua salía para acariciarme el tronco hinchado y las pelotas cargadas. Yo estaba sentado desnudo en una silla de la sala mientras Martín, arrodillado en el tapete, también desnudo, succionaba con avidez el mástil que mostraba el deseo por ese hombre. Mis manos acariciaban su pelo y pasaban a los lóbulos de las orejas que yo acariciaba con suavidad y pasión. "Sigue así amor...oh, oh, sigue...sí sí...qué placer...