Sandra mi hija
Una cosa es fantasear y otra muy distinta consumar los hechos.
SANDRA
LA
Con el paso del tiempo, encuentro cada vez más excitante lo que pasó esa noche con mi hija; tanto que es cada vez más poco lo que queda de aquel firme propósito producto del cargo de conciencia, de jamás volver a tocarla. Por lo que percibo, a ella le pasa lo mismo.
Fue una larga lucha conmigo mismo librada desde que ella tenía como doce años hasta ahora cuando bordea los 23 años, lucha a la que claudiqué aquella noche de principios de Enero. Recuerdo que en sus primeros añ...