Cenicienta, una historia real.

Nos besamos como dos zorras lesbianas.

Regresaba a mí ciudad después de un viaje de trabajo era Sábado por la tarde, pero antes de llegar a casa necesitaba pasar por la sauna, ese lugar místico donde uno puede transformarse en lo que quiera ser. Habia bastante gente de todas las edades yo estuve dando vueltas hasta que por fín encontré lo que andaba buscando, la zona oscura.Allí desnuda completamente de cara a la pared, como si estuviera castigada espere a que un macho me encontrase dispuesta a obedecer.

No tardé mucho en sentir como una p...